En algunas viviendas las terrazas y patios de las viviendas cuentan con muy poca separación, tan solo un pequeño tabique bajo. Y, lo peor, es que no se permite ninguna obra que pueda alterar la estructura del edificio, por lo que elevar ese tabique es imposible.
La única solución para tener intimidad respecto de los vecinos y de paso evitar que niños o mascotas puedan pasar de una propiedad a otra sin darse cuenta, es contar con elementos que puedan colocarse y quitarse. Es decir, que no sean permanentes. Veamos algunas ideas para conseguir esa intimidad sin que esto suponga un problema para el vecino o con la comunidad de propietarios.
- Los separadores para terrazas. Los fabricante separadores para terraza han creado estos artilugios pensando en las terrazas de hostelería, pero pueden utilizarse también en el caso de viviendas particulares. Las hay de muchos tipos y en diferentes estilos y tan solo hay que colocarlas en nuestro lado del muro para que tapen la vista sin que afecten para nada a la vivienda contigua. Una buena idea son las mamparas con macetero y metacrilato opaco, con una altura suficiente para impedir la visión de la propiedad.
- Las celosías. Las celosías son una de las separaciones más frecuentes en este tipo de terrazas sin intimidad. Pueden colocarse pegadas al murete y su altura es variable, como también lo es su longitud ya que lo normal es comprarlas por cuerpos, pudiendo unirse tantas como se desee para conseguir separar todo el muro colindante. En algunos casos se utiliza también para el frente de la terraza si hay edificios al otro lado. Al no disponer de vistas, no las taparán pero sí protegerán de las miradas indiscretas dando una mayor sensación de recogimiento.
- Las plantas. Las naturales son sin duda alguna las más bonitas. Si se colocan maceteros junto al muro y unas plantas de gran tamaño, lógicamente van a protegernos y darnos intimidad. Pero requieren cuidados y podas para que las ramas no invadan la propiedad de los vecinos. También mucha limpieza para que no haya insectos. Para evitar estos mantenimientos algunas personas prefieren comprar plantas artificiales, como cierres de seto que cumplen perfectamente con la misión de dar intimidad, dan el pego y no hay que preocuparse por ellos en absoluto. Eso sí, no son tan bonitos como las plantas naturales.