Si acabas de abrir un negocio seguramente te hayan hablado de la posibilidad de contratar los servicios de una agencia. Pero existen dos tipos de agencias, las de publicidad y las de comunicación. ¿Cuál sería la mejor para tu negocio?
Lo primero que tienes que saber es que estas agencias realizan dos tipos de trabajo complementarios, que no compiten ni se excluyen. Y ambos son muy importantes en una empresa. Por eso, cada vez son más las que optan por una Agencia de publicidad y comunicacion y evitan escoger.
La agencia de comunicación se encarga de dar a conocer el negocio, de controlar su imagen pública y de comunicarse con la prensa para dar a conocer las novedades que puedan producirse. Hoy, todo esto se extiende también a las redes sociales, por lo que este tipo de empresas controlan las redes sociales, la imagen que puede tener la empresa en Internet y elabora estrategias encaminadas a mejorarla, modificarla o potenciarla según el caso.
Por su parte, la agencia de publicidad se encarga de que haya una mayor presencia de la empresa en los medios de comunicación y en las redes sociales a nivel promocional, no exclusivamente informativo. Ambas cosas pueden unirse muchas veces. Es el caso de actos promocionales para sacar un nuevo producto a los cuales se invita a personas relevantes y se da cuenta a la prensa enviando fotos e información.
Como podemos ver, a veces las fronteras entre información, imagen y publicidad son difusas y por eso que todo esté en unas mismas manos ayuda a que el trabajo se realice de una forma mucho más global y se puedan tener en cuenta todos los factores a un mismo tiempo. Incluso aunque sean profesionales diferentes los que se encargan de cada campo, el trabajo en equipo resultará mucho más fácil y fluido al estar ambos en la misma empresa.
Si la empresa está empezando a funcionar, tal vez creas que no necesitas todavía los servicios de este tipo de agencias, pero precisamente es en los inicios cuando más importante resulta contar con ellos. Se evitan así pasos en falso y se elabora una estrategia desde el inicio que puede resultar de mucha ayuda. Y es que siempre es más sencillo hacer las cosas bien de principio que tener que corregir errores que repercuten negativamente en la imagen de la empresa y que pueden ser complicados de superar.