Una pregunta que con mayor o menor frecuencia se escucha cuando alguien del interior quiere ir a las Cíes es si hay alguna alternativa para ir a las islas que no sea el barco a cies que hace la travesía de forma habitual. Generalmente, la gente escucha la pregunta y sonríe, respondiendo que sí, que tal vez si tienen un barco propio o alguien que los lleve, puedan obtener el permiso para ir.
Y es que, aunque parezca mentira, más de un visitante desconoce que las Cíes son islas. Y otros creen que hay conexión con el continente, tal como ocurre con A Toxa o Arousa. Desconocen que la distancia que hay entre las Cíes y las islas antes citadas es muy diferente.
Precisamente, la belleza de las Cíes ha logrado preservarse gracias a que llegar hasta ellas no es tan sencillo como coger el coche y conducir. Hace años, eran muchos los que acudían sin control a las islas e incluso practicaban la acampada libre, quedándose tanto como querían. Esto hizo que se acumulara basura en este paraje natural y que comenzara a correr un grave riesgo de deterioro. Por suerte, se tomaron medidas antes de que esto ocurriera.
Por eso, desde hace ya años, la Xunta de Galicia obliga a pedir el permiso para visitarlas. Realmente, no es un permiso. Se trata de que el cupo diario de visitantes es limitado y hay que registrarse en la Web cuando se desea ir. Una vez registrados, ya se pueden comprar los billetes para el barco. Si el cupo está cubierto, habrá que escoger otro día. Por eso se recomienda a los visitantes que pidan su cita cuanto antes, ya que si lo dejan para el último momento tal vez se encuentren con que no tienen hueco hasta muchos días después.
Por tanto, si tienes pensado visitar las Cíes en tus próximas vacaciones en Galicia, ten en cuenta que el barco será tu única opción y que reservar por adelantado te garantizará el poder disfrutar de este paraje único durante tu estancia. En las Cíes hay un camping que también puede ser una buena opción para disfrutar de la noche en las islas, eso sí, solo durante la temporada de verano ya que no abre todo el año. Lo mismo ocurre con la cafetería con la que cuenta y en la que se puede reservar también la comida.