La higiene canina desempeña un papel clave en la prevención de enfermedades. Este hábito debe realizarse cada tres o cuatro semanas, en función de la longitud del pelaje, siempre con un Champu para pieles delicadas perros y gatos, libre de parabenos, sulfatos y colorantes.
Los champús destinados al consumo humano contienen un pH perjudicial para las pieles caninas. Por esta razón, estos productos deben elegirse específicamente para perros, atendiendo también a su edad, pues los cachorros posee un cuero cabelludo más sensible y necesitado de hidratación que los adultos. Asimismo, las características del pelaje pueden condicionar esta compra; los de pelo largo precisan champús más hidratantes que los de pelo corto.
La higiene bucal es una cuenta pendiente para miles de dueños de mascotas. Se desconoce todavía su importancia para el bienestar y la salud de los perros, vulnerables a distintas enfermedades: la periodontitis, la gingivitis, etcétera. Para cuidar este aspecto, se aconseja comprar barritas y snacks dentales y pastas específicas, además de acudir al veterinario para revisar el estado de la dentadura canina.
Respecto al cepillado, sorprende que esta medida esté tan extendida en gatos, pero brille por su ausencia en algunos dueños de perros. Y es que cepillar su pelaje con frecuencia es un método eficaz para suprimir las células y fibras muertas, además de ayudar a identificar pulgas, lesiones y otros males.
El cepillado, eso sí, debe hacerse con el debido tacto, utilizando un utensilio adecuado, provisto de cerdas de una dureza justa para cumplir su función, sin lastimar a la mascota.
Los pabellones auditivos son fuente de parásitos y suciedad en los perros. La higiene es esencial para prevenir su proliferación. Al menos una vez a la semana, las orejas caninas han de limpiarse con una solución de enjuague especial, evitando el uso de jabones y alcoholes domésticos.