Con mis 40 años pensaba que lo había visto todo pero no, como decía mi abuelo, nunca te acostarás sin saber una cosa más. Pues esto fue lo que me sucedió el otro día con un compañero de trabajo con el que normalmente no coincido, pero por temas de cuadrantes esta vez sí hemos trabajado juntos.
Trabajamos ambos en los almacenes logísticos de un gigante tecnológico, me imagino que os hacéis una idea de cual es. Yo trabajo de día y el de noche, en puestos similares. Pero esta vez por la baja de una compañera y las vacaciones de otro se cambiaron los turnos.
Como comprenderéis si tengo un trabajo de estar 8 horas de pie es necesario disponer de un calzado cómodo y que esté bien ajustado. Pues bien, la empresa para poder cubrir las necesidades de la seguridad de los trabajadores nos da un par de zapatos de seguridad. Pues bien, en esta última ocasión cambiaron de marca de zapatos y la verdad no se que tienen los cordones de cada X tiempo se sueltan, son como encerados. Y a la hora del bocadillo para romper un poco el hielo con este nuevo compañero le comenté el caso.
Yo: Hola, menuda lata tener que atarse cada 40 min. ¿A ti te pasa lo mismo?
El (con una sonrisa en la boca): Si, a mí también me pasó, pero ya no me pasa. He visto unas gomas que sustituyen los cordones y me las he pedido. Llevo 4 días con ellas y la verdad que estoy encantado.
La verdad que en aquel momento no le di importancia al cambio, pero me comentaba el compañero que perfecto de presión que no apretaban para nada y lo mejor, que costaban 10€. Ni corto ni perezoso decidí comprar las gomas, en negro para no dar la nota en el almacén, ya que existen de mil colores.
Hoy en día, he decidido cambiar cordones por gomas, sin duda alguna la mejor recomendación que os puedo hacer a día de hoy.