Cuando nos casamos por primera vez, mi marido y yo estábamos decididos a tenerlo todo. Queríamos la carrera perfecta, el hogar perfecto y la familia perfecta. Y pensábamos que podíamos hacerlo todo solos. Estábamos muy equivocados.
No tardamos en darnos cuenta de que compaginar el trabajo y la familia era mucho más difícil de lo que pensábamos. Siempre íbamos de un lado a otro tratando de hacer todo. La casa nunca estaba limpia, la colada siempre se acumulaba y nunca teníamos tiempo para nosotros.
Intentamos contratar un servicio de limpieza del hogar por horas en Vigo, pero eso sólo empeoró las cosas. Nos sentíamos constantemente vigilados y juzgados. Y entonces mi marido perdió su trabajo. Así que tuvimos que idear un nuevo plan.
Sugerí reducir nuestras horas de trabajo, pero mi marido se resistía a hacerlo. No quería perder dinero ni poner en peligro nuestras carreras. Pero finalmente accedió a probarlo durante un mes y ver cómo iba.
Ya han pasado seis meses y las cosas van muy bien. Hemos conseguido reducir nuestras horas sin perder dinero ni perjudicar nuestras carreras. Y lo mejor de todo es que tenemos más tiempo para nosotros y para nuestros hijos.
No somos perfectos, pero estamos contentos con los progresos que hemos hecho. Nos hemos dado cuenta de que está bien pedir ayuda y de que no podemos hacerlo todo solos. Y estamos agradecidos por el tiempo que tenemos juntos.