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Para poder empezar una dieta una de las cosas más importantes es tener una buena báscula de peso, pero por desgracia no siempre se pueden disponer de ellas como a nosotros nos gustaría, eso lo sé por experiencia propia. En mi casa había una báscula de peso pero mi madre primero se la dejó a una de mis tías, que la tuvo durante unos cuantos meses puede incluso que un año, y después de que nos la devolvieran, ¿no le vuelve mi madre a dejar la báscula a otra de mis tías? la cual lleva como dos años con la báscula en su poder, y yo me pregunto, ¿cómo es que en sus casas no tienen básculas? Esa báscula por lo menos yo ya la doy por perdida ya que no creo que nos la vuelvan a devolver. Por lo que me tocará a mi la obligación de tener que ir a comprar bascula de peso para poder poner en el baño de mi casa y poder así pesarme cuando a mí me dé la gana.

La gente se pasa demasiado cuando les dejas tus cosas personales, personalmente no es que me guste demasiado dejar mis cosas a otras personas. Para poder dejar algo a alguien tengo que estar seguro de que es una persona que va a cuidar de aquello que yo le deje como si fuese yo, y que no te lo devuelva en condiciones deplorables. Siempre hay que asegurarse bien de que la persona a la que dejas las cosas sea responsable, no hay de dejar nada a nadie a lo loco.

Y además, hay cosas que se pueden dejar y otras muchas cosas que no se deberían de dejar casi bajo ninguna circunstancia, como por ejemplo el coche. No creo que nadie deba dejar su coche alegremente a nadie, yo por lo menos no lo dejo de muy buena gana a casi nadie, creo que mi coche a parte de mi solo lo ha conducido uno de mis hermanos y uno de mis amigos íntimos, nadie más. Y no creo que eso varíe en mucho tiempo.

Cuando se está ante un catalogo electrodomesticos para el hogar solemos fijarnos en la línea de los mismos, que sea atractiva, que encaje en la cocina o en el lugar al que va a ir destinado y también que tenga una serie de características como la capacidad o el número de programas de los que dispone. Cuando son electrodomésticos como la lavadora o el lavavajillas para usar solo una o dos personas también se intenta que tengan programas de media carga para poder ponerlos sin necesidad de que estén llenos.

Pero hay un factor muy importante que se debería de tener en cuenta y es el que sean electrodomésticos de bajo consumo. Algunas personas rechazan este tipo de electrodomésticos debido a su precio. Aseguran que la diferencia de precio no les compensa porque no lo van a utilizar lo suficiente como para notar el ahorro.

Lo cierto es que cualquier electrodoméstico de uso diario compensa que sea de bajo consumo y mucho más en esta época en la que el precio del recibo de la luz está por las nubes. En pocos meses la diferencia de precio queda compensada por el ahorro en luz. Pero no es este el único factor a tener en cuenta al elegir estos aparatos.

Incluso si los vamos a utilizar poco tenemos que pensar que con ellos estamos contribuyendo al ahorro energético y, por tanto, a la ecología. Un mundo más sostenible es una tarea responsabilidad de todos nosotros y, por tanto, nos corresponde poner nuestro granito de arena a la hora de cambiar los electrodomésticos de casa:

-Dale una segunda vida a los electrodomésticos viejos. A menudo los cambiamos no porque no funcionen sino porque los nuevos tienen unas características que se adaptan mejor a las circunstancias actuales. Si el viejo está en buenas condiciones puedes venderlo de segunda mano para que otros lo usen o puedes donarlo a entidades que podrían darle un buen uso o incluso ofrecerlo a los más necesitados. Así, se evita tener que reciclar aparatos que todavía pueden tener una vida útil.

-Si el aparato está estropeado asegúrate de que te lo recogerán al traer el nuevo. Es un servicio que ofrecen la mayoría de los establecimientos, los cuales se encargarán de llevar los electrodomésticos a un punto de reciclaje. Se evita así que acaben tirados en lugares en los que no deberían de estar, contaminando el ambiente.