Alimentación
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Ir al súper para refrescar la cabeza 

¿Quién me iba a decir a mí hace unos meses que agradecería salir de casa, aunque fuera para ir al supermercado? Ahora, mi mujer y yo casi hasta nos peleamos por ir al súper cuando antes nos lo teníamos que repartir. ¿La razón? Que ahora no se puede hacer prácticamente nada. Es curioso cómo cambian el enfoque cuando se vive una situación excepcional.

Más allá de que las restricciones a los movimientos estén (o no) justificadas es evidente que el estado de ánimo y los aspectos psicológicos han cambiado mucho en los últimos meses. Ayer mismo estaba todo entretenido en la cocina preparando la lista de la compra, como si fuera lo más divertido del mundo. Abría la nevera y anotaba que faltaban yogures bio, naranjas y leche desnatada. Preparándolo todo cómo si me fuera a ir de viaje un par de semanas: y solo iba a tres manzanas al supermercado. Está claro que algo raro está pasando.

Podría decir lo mismo de respirar aire. Cuando alguna vez estoy solo sin nadie a 300 metros a la redonda y puedo quitarme la mascarilla y percibo los aromas del mundo sin el filtrado de un tejido antivírico siento en mí una especie de emoción, casi como si me estuviese enamorando otra vez del mundo. Claro que una vez que me vuelvo a poner la mascarilla vuelvo a respirar a medias y lo único que huelo es mi propio aliento.

Pero así son las situaciones difíciles. Seguro que alguno de nuestros padres o abuelos nos pueden decir lo ‘agradable’ que es vivir una posguerra: pues esto es algo que se le parece un poco, ¿no? Y como sucede en las guerras y en sus correspondientes posguerras nunca se sabe cuándo volverá la normalidad… la normalidad de verdad, es decir cuando ir a comprar yogures bio no sea el pasatiempo del mes, cuando uno pueda respirar aire sin filtrar y pueda ver a quién quiera cuando quiera sin tener que sacarse por la vía rápida una licenciatura de derecho para descifrar los 40 tomos de nuevas leyes de los últimos meses.

Parkings
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3 cosas por las que no deberías de pagar en desplazamientos cortos en avión

Cuando vas a realizar un desplazamiento corto en avión, con una duración de un par de días, hay muchas cosas que puedes ahorrarte o conseguir a un precio bastante más económico, consiguiendo así que tu viaje salga a mejor precio. Pongamos por ejemplo un desplazamiento entre dos ciudades españolas para unos pocos días: Santiago – Madrid.

1-La facturación. Facturar una maleta puede costar entre 30 y 60 euros según la compañía con la que se viaje. Pero ¿sabes que puedes enviar tu bolsa de viaje a través de sistemas como Punto Pack que te dejarán la bolsa en un punto cercano a tu hotel en Madrid y que pueden costarte muchísimo menos? Aproximadamente, un euro por cada kilo. Teniendo en cuenta que es un viaje corto, podrías tener resuelto el tema equipaje por menos de 10 euros y lo mismo a la vuelta. De esta manera, puedes viajar en una línea Low Cost y no facturar, ahorrándote la espera y consiguiendo billetes muy económicos, lo que todavía te ayudará más a economizar gastos.

2-El parking. Dejar tu vehículo particular en el parking de un aeropuerto es realmente caro. Pero si lo dejas en el parking low cost lavacolla santiago de compostela nuevamente estarás ahorrando dinero. Por un lado, pagarás menos por dejar tu coche y, además, te lo devolverán limpio y desinfectado, por lo que también estarás ahorrando un lavado. Como queda en un recinto privado cerrado, tu coche estará seguro y todo el día y la noche vigilado con cámaras, por lo que no tendrás disgustos una vez que has llegado. El personal será el encargado de llevarte al aeropuerto y de recogerte a la vuelta. Y podrás dejar tu coche todo un fin de semana por menos de lo que te costaría un día en el aeropuerto oficial.

3.-Los desplazamientos desde el aeropuerto. Una vez en Madrid tienes diferentes maneras para llegar a tu hotel. Pero si vas con la maleta a cuestas lo normal es que quieras coger un taxi, que es de todo menos económico. Pero si has optado por enviar previamente la maleta por mensajería, no tendrás problema en coger la línea de metro y ahorrar mucho dinero. Como la maleta tampoco la cargarás a la vuelta, nuevamente podrás optar por esta opción. El taxi desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad tiene un precio fijo de 30 euros, mientras que en metro pagarás un máximo de 7 euros, pero si quieres sacarte la tarjeta de transporte recargable tan solo te costará 4,5 euros.