Banca
0 Comments

Viviendo al día

Una mala racha la tiene cualquiera, ¿no? Bueno, pues yo tengo una racha un poco regular, económicamente hablando. Lo malo es que ha sido casi sin darme cuenta. Han llegado muchos gastos inesperados, no he querido renunciar a algunos lujos, y he ganado un poco menos en mi trabajo. El resultado de todo ello es obvio: una situación financiera delicada…

Pero no hay mal que por bien no venga. Esta ‘recesión’ económica me ha servido para replantearme algunas costumbres no muy saludables desde el punto de vista de las finanzas personales. Nunca había pensado muy seriamente en el ahorro, porque me considero una persona muy racional cuando se trata de dinero. Pero da igual: tarde o temprano te encuentras con que estás viviendo prácticamente al día.

Tanto es así que cuando fui al banco a hacer unas gestiones el otro día, la chica de la ventanilla me ofreció un crédito. Nunca me había pasado. “Yo no necesito un crédito”, pensé. Pero claro, si la chica de la ventanilla tiene acceso a mis números, está claro que para ella sí que probablemente necesito un crédito. Le dije que más que eso, lo que yo preciso es que me quiten las comisiones. Y ella sonrió…

Seguro que no sonríe tanto cuando cambie de banco. Porque una de las cosas que me he planteado es encontrar mejores cuentas ahorro sin comisiones. Tampoco es un ahorro que permita comprarme un Ferrari, pero menos da una piedra. Y si mi banco actual al menos me ofreciera una contrapartida por todo el dinero que me quita a comisionazo limpio, quizás merecería le pena: pero el único servicio que me ha hecho en los últimos años es ofrecerme un crédito para decirme claramente que estoy pelado.

Ahorrar es no tener miedo a cambiar de banco cuando otro te ofrece mejores condiciones. Si gracias a mi situación financiera me doy cuenta de cosas como esta, tampoco está tan mal tener una crisis de vez en cuando. Ahora mismo me voy buscar nuevas  cuentas ahorro sin comisiones. Y espero que en el nuevo banco no me hablen de créditos, que no estoy para bromas.

Estores y cortinas
0 Comments

Estores a medida, ¿merecen la pena?

La venta de estores ha aumentado mucho en los últimos años y ya han superado a las cortinas en algunas habitaciones, como por ejemplo las infantiles. Y es que mejor un estor que se limpia con un trapo húmedo en un rato que una cortina que hay que descolgar, lavar y secar.

La gran mayoría de los estores que se venden son de fabricación estándar ya que los hay en medidas muy diferentes que se adaptan a prácticamente todas las ventanas. Estos estores tienen la ventaja de que son mucho más baratos que los que se fabrican a medida y, además, se obtienen al momento.

Pero ¿vale la pena encargar estores a medida en algún caso? Lo cierto es que hay algunas circunstancias en las que los estores a medida son la mejor elección. Una de ellas es cuando la ventana tiene medidas poco convencionales y se quiere que el estor encaje perfectamente.

También se pueden realizar estores a medida cuando se quiere realizar un coordinado. Por ejemplo, una funda de sofá con el estor a juego o un coordinado de colcha y de estores. Aunque hay marcas que venden colchas y estores a juego, muchas personas optan por hacer todo de manos de una modista y olvidarse de comprar cosas que no siempre encajan en lo que desean.

En estos casos, el primer paso es comprar la tela y luego encargar la elaboración de las fundas, colchas o estores. Es importante asesorarse porque una tela buena para una funda puede que no valer para un estor o, al contrario. Siempre hay que elegir tejidos que puedan valer para todas las funciones y a veces, el consejo de la persona que va a realizar el trabajo es vital para que todo salga bien.

Cuando se tienen galerías o grandes ventanales en casa también es buena idea hacer los estores a medida para que todo quede perfecto, se puedan coordinar diferentes telas y los espacios de puertas o paredes queden bien definidos y a nuestro gusto. Los estores convencionales pueden ser complicados de encajar en este tipo de ventanales de gran tamaño o en galerías.

Si tienes la suerte de saber coser, puedes realizar tus propios estores a medida. Pero solo en el caso de que tengas el capricho de hacerlos te valdrá realmente la pena, ya que los que se compran suelen salir tan bien de precio que no merece la pena pasar trabajos.