Olvídate del mantenimiento constante de tus ventanas
Durante mucho tiempo, las ventanas de madera fueron las protagonistas de todas las fachadas. Pero poco a poco se han ido sustituyendo y hoy podemos afirmar que son pocas las excepciones en las que no se ven ventanas de aluminio en vigo. Estas excepciones están limitadas a casas muy antiguas que no han sido rehabilitadas o que lo han sido, pero siguiendo la estética antigua para mantener el encanto y el valor arquitectónico de las mismas.
El aluminio ha evolucionado mucho en los últimos años, hasta el punto de que hoy estas ventanas disponen de tecnologías tan avanzadas como la ruptura del puente térmico, que permite salvar la diferencia de temperatura entre el exterior y el interior evitando que las ventanas de empapen de humedad o que el interior de la vivienda pierda frío debido a la temperatura que se pierde a través de las ventanas.
El aluminio se ofrece hoy en día en una gran variedad de colores, desde el natural o el blanco, los más comunes, hasta los tonos achampanados tan de moda actualmente. Incluso encontramos aluminios en tonalidades que imitan perfectamente a la madera en cualquiera de sus colores.
Una de las razones por las que la madera, que puede llegar a ser tan bonita que incluso se trata de imitar, ha ido desapareciendo, es el mantenimiento. Vigo es una ciudad pegada al mar y con bastante humedad, sobre todo en invierno, pero a lo largo de todo el año. Esto hace que la madera de las ventanas se hinche, la pintura se acabe escarchando y cada poco tiempo haya que lijar y pintar nuevamente para mantener las ventanas con un buen aspecto.
También hay que tener en cuenta que la madera no es tan buen aislante, ya que no permite cierres herméticos de las ventanas, algo que el aluminio logra casi perfectamente. Por eso, en las casas con ventanales de madera hay que gastar más dinero en calefacción para lograr la mismas sensación de bienestar que en otras viviendas que tienen ventanales modernos.
Si bien es cierto que el aluminio tampoco es eterno, dura muchos años sin necesidad de tener que hacer nada más que limpiarlo de forma frecuente, como se hace con cualquier otro elemento del hogar. Solo tras muchos años de uso se puede hacer necesario sustituir una vieja ventana o darle un tratamiento reparador para mejorar su aspecto.