Alimentación
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Leche condensada y dulce de leche caseros

La leche condensada y el dulce de leche caseros son deliciosos y muy fáciles de cocinar. Te permite personalizar estos dulces a tu gusto y disfrutar de un producto delicioso y único. Para cocinar leche condensada solo necesitas tres ingredientes: azúcar, leche desnatada en polvo y agua.

Es muy sencilla de hacer ya que solo tienes que usar dos tazas de azúcar (da igual la medida de la taza) y una taza de agua. Mezclar y poner en el microondas aproximadamente treinta segundos. Retira, revuelve bien y si no se ha mezclado correctamente, calienta un poco más.

Una vez que todo el azúcar se haya derretido tendrás un jarabe algo espeso. Comienza a añadir la leche en polvo, que tendrá que ser la misma cantidad que hayas utilizado de azúcar, y comienza a batir con batidora de varillas. Puede llevarte un poco de tiempo porque al principio se harán grumos, pero no te preocupes, es normal y no has hecho nada mal.

Al poco tiempo verás como la mezcla se vuelve cremosa y obtienes una leche condensada deliciosa. Pero si quieres, puedes personalizar esta mezcla añadiendo aromas. Los aromas alimenticios se venden en muchas tiendas especializadas en repostería e incluso en supermercados. El de vainilla suele quedar muy bien con la leche condensada y le da un toque especial. También casa muy bien con el aroma de caramelo.

El dulce de leche es típico de Argentina, pero ya lo utilizamos, y mucho, en España. Hacerlo en casa es muy fácil con una lata de leche condensada, ya que solo hay que cocer la leche dentro de la lata. Pero ¿y usando la leche condensada casera? Pues es un poco más laborioso, pero también es factible.

Con la leche condensada casera tal vez salga un poco dulce de más, si la primera vez te ocurre solo tienes que añadirle hasta 150 gramos de leche evaporada por cada 400 gramos de leche condensada. Añade una pizca de bicarbonato, menos de media cucharada y un poco de caramelo líquido para potenciar el color.

Colócalo en un bol profundo en el microondas, cuanto más alto mejor porque al hervir tiende a salirse del cacharro, deberás de vigilar. Ponlo tres minutos o tres minutos y medio a temperatura máxima y revuelve. A partir de ahí, vas a tener que ir poniéndolo a golpes de 20 segundos, parándolo cuando comience a subir para revolverlo si es que sube antes del tiempo programado. Se revuelve y se repite la operación tantas veces como sea necesario hasta que tenga la textura adecuada. Esto puede ser largo, ya que a veces hacen falta muchos golpes antes de que espese. Se deja enfriar y estará listo para tomar.