Cordones y cintas
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Adiós cordones, hola gomas

Con mis 40 años pensaba que lo había visto todo pero no, como decía mi abuelo, nunca te acostarás sin saber una cosa más. Pues esto fue lo que me sucedió el otro día con un compañero de trabajo con el que normalmente no coincido, pero por temas de cuadrantes esta vez sí hemos trabajado juntos. 

 

Trabajamos ambos en los almacenes logísticos de un gigante tecnológico, me imagino que os hacéis una idea de cual es. Yo trabajo de día y el de noche, en puestos similares. Pero esta vez por la baja de una compañera y las vacaciones de otro se cambiaron los turnos. 

 

Como comprenderéis si tengo un trabajo de estar 8 horas de pie es necesario disponer de un calzado cómodo y que esté bien ajustado. Pues bien, la empresa para poder cubrir las necesidades de la seguridad de los trabajadores nos da un par de zapatos de seguridad. Pues bien, en esta última ocasión cambiaron de marca de zapatos y la verdad no se que tienen los cordones de cada X tiempo se sueltan, son como encerados. Y a la hora del bocadillo para romper un poco el hielo con este nuevo compañero le comenté el caso.  

 

Yo: Hola, menuda lata tener que atarse cada 40 min. ¿A ti te pasa lo mismo?

El (con una sonrisa en la boca): Si, a mí también me pasó, pero ya no me pasa. He visto unas gomas que sustituyen los cordones y me las he pedido. Llevo 4 días con ellas y la verdad que estoy encantado. 

 

La verdad que en aquel momento no le di importancia al cambio, pero me comentaba el compañero que perfecto de presión que no apretaban para nada y lo mejor, que costaban 10€. Ni corto ni perezoso decidí comprar las gomas, en negro para no dar la nota en el almacén, ya que existen de mil colores. 

Hoy en día, he decidido cambiar cordones por gomas, sin duda alguna la mejor recomendación que os puedo hacer a día de hoy.

Muebles para terrazas
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Consigue siempre el mejor aspecto para tu terraza

Si tienes la suerte de tener una bonita terraza para disfrutar durante el verano, debes de esforzarte por mantenerla siempre con su mejor aspecto. Para esto, es fundamental un mantenimiento al principio de las vacaciones que haga que se pueda disfrutar al máximo no solo nosotros, sino también todos nuestros amigos. Si la terraza no se ha utilizado durante todo el año, la limpieza de los suelos y de las paredes será el primer trabajo a realizar. Normalmente, si la terraza está en la casa de vacaciones será necesario realizar una limpieza de toda la casa que incluirá la terraza.

Para continuar, hay que limpiar a fondo los muebles de exterior. La mejor manera de hacer es con una máquina de agua a presión, siempre que sea posible usarla en la terraza. Esto permite eliminar el polvo que puede haber entre las rendijas y quitar cualquier mancha que se haya podido quedar debida a la humedad o al sol.

Los muebles de exterior son frecuentemente de rafia. La rafia, tanto natural como artificial, tiene muchos recovecos que gracias a este tipo de máquinas de limpieza quedarán libres de polvo y también de los nidos de insectos que, con frecuencia, se instalan en estos agujeritos. En cuanto a los cojines, seguramente se han guardado en exterior y tocará limpiar las fundas con un producto específico. En algunos casos incluso pueden ir a la lavadora.

No hay que olvidar detalles como las sombrillas. Las telas de las sombrillas pueden deteriorarse con el sol. Si es el caso, un recambio sombrilla ezpeleta hará que esta quede como nueva y sin tener que cambiar la sombrilla al completo, lo cual no solo es caro, sino que supone todo el problema de instalación, especialmente cuando se trata de una sombrilla fijada en muebles o en el suelo.

Con los muebles listos, queda echar un vistazo a otros detalles, como las plantas naturales. Es importante limpiarlas, quitar las hojas muertas y darles las vitaminas que necesiten para que se vean bonitas y frondosas.

Con estos detalles la terraza estará lista para lucir en todo su esplendor. Solo faltará comenzar a organizar la agenda con los eventos que vais a celebrar allí, como cenas con los amigos, noches de copas o incluso algunos días reservados para una cena íntima con la pareja y una copa para disfrutar de la compañía y de la tranquilidad, alargando así las noches de verano que tan agradables resultan.