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Cómo combatir las verrugas (y cómo no hacerlo)

Las verrugas son lesiones en la piel que aparecen debido al virus del papiloma humano. Este virus es muy común y tiene muchas cepas. Por eso, no es lo mismo una verruga que aparece en el cuello o en un dedo que aquella que puede aparecer en los órganos genitales.

Los dermatologos son los especialistas que tratan la aparición de las verrugas y los que pueden ayudarnos a eliminarlas. Existen diferentes métodos para hacerlo según la zona en la que esté situada y el tipo al que pertenezca.

Una de las maneras más habituales de eliminar una de estas lesiones es mediante la crionización. Es lo que se conoce habitualmente como “quemar la verruga con frío” y es un método rápido y muy efectivo. Se aplica nitrógeno líquido que congela toda la zona con la que entra en contacto y consigue que se caiga en pocos días.

La seda quirúrgica es otra forma de eliminación de verrugas, sobre todo de aquellas que cuelgan y que están unidas a la piel por una pequeña zona de raíz. Es importante que este procedimiento lo haga un médico para asegurarnos de que no hay infecciones ni problemas.

También pueden tratarse las verrugas con ácido salicílico. El dermatólogo inicia el proceso con un raspado de la piel y a continuación aplica el ácido. Es algo más lento que la crionización pero puede ser más efectivo si se trata de áreas amplias.

Lo que jamás se debe de hacer es tratar de eliminar verrugas con métodos caseros ya que pueden hacerse heridas y crear infecciones muy peligrosas. Métodos como atar un pelo alrededor de la verruga o aplicar aspirina pueden acabar causando heridas y cicatrices mucho más desagradables que la verruga en sí misma.

Esto es especialmente importante en el caso de las verrugas genitales ya que son muy contagiosas. Algunas personas tratan de quitárselas en casa con métodos variados por la vergüenza que les produce acudir al médico, pero el resultado puede ser que aparezcan muchas más y la zona a tratar sea amplísima.

Estas verrugas son, además, contagiosas por vía sexual, por lo que la pareja también podría infectarse. Es pues muy importante tratarlas nada más aparecer para que no se propaguen. El virus de papiloma humano puede incluso transmitirse de madres a hijos en el momento del parto, por lo que siempre tiene que tener control médico.