Cordones
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Ser sostenibles 

Hay palabras que se repiten sin cesar últimamente y que, en ocasiones, van perdiendo su significado. El concepto ‘sostenible’ es tan común en cualquier ámbito de la vida que corre el peligro de transformarse en un lugar común. Por suerte, a nivel industrial y empresarial, todo indica que es una idea cada vez más presente, no solo a nivel de marketing, sino a nivel práctico. Porque las empresas son conscientes de que su valor crece y su imagen se optimiza si puede demostrar que están trabajando en su sostenibilidad y que ese trabajo repercuta positivamente en la sociedad y el medio ambiente.

Y es que todos los sectores pueden poner su granito de arena, desde el industrial al tecnológico, del alimentario al textil. Por ejemplo, en este último sector, una empresa especializada en la confección de tejidos para cordones debe también contribuir en la medida de sus posibilidades a lograr un menor impacto medioambiental de su actividad. Si se convierte en fabricante de Cordón biodegradable, este tipo de tejidos, aunque no sean naturales, pueden descomponerse de forma sencilla sin impactar en el medio, al contrario de lo que pueda suceder con otros materiales como el caso del plástico.

Ya conocemos los riesgos de la proliferación de materiales plásticos. Diversos países del mundo han iniciado una cruzada contra este material de cara a reducir drásticamente su producción. El problema principal que tiene el plástico es, precisamente, que no es biodegradable. Por lo tanto, la única solución para la proliferación de plásticos es limitar su uso lo máximo posible, aceptando, por supuesto, que en determinados sectores y tipos de productos se debe seguir usando si no hay una alternativa eficaz.

De cualquier forma, la sostenibilidad es un camino que ya no tiene marcha atrás. Si una empresa especializada en tejidos puede ser fabricante de Cordón biodegradable de cara a minimizar su impacto medioambiental es evidente que todas las áreas están capacitadas para avanzar en esta línea. Porque el tiempo corre y la sostenibilidad debe convertirse poco a poco en un acto cotidiano dejando de ser una palabra de moda.

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Organizar el cumpleaños de tu hijo… y no morir en el intento

Hace unos años escuché a mi hermano decir “no me gustan los niños… solo el mío” y rápidamente comprendí a lo que se refería. No me hacía falta tener un hijo para entender lo que puede sentir alguien que no es muy ‘niñero’ cuando le llega la paternidad. Conozco bastantes hombres, entre amigos y familiares, que no tienen muy claro eso de tener hijos, por la responsabilidad y exigencias que conlleva.

De repente, un buen día te encuentras con que tienes que organizar el cumpleaños de tu hijo y no sabes qué (narices) tienes qué hacer. Cuando yo era niño, al menos en mi entorno, lo de los cumpleaños era un asunto sin tanta importancia. Se solía celebrar en familia y poco más. Pero ahora es casi obligatorio hacer una mega ceremonia con todo lujo de actividades y cuántos más invitados, mejor.

Mi mujer y yo hicimos un sorteo para repartirnos el programa del cumpleaños. A mí me tocó, entre otras cosas, la decoración de la casa. Y así que me fui a una mercería para comprar todo lo necesario. Consulté con la chica de la tienda y me dio algunos consejos, pero no le hice mucho caso. Pensé que lo mejor era un tono armónico para la decoración y me gustó el dorado: compré cordones de oro, cintas doradas… hasta globos dorados. Fue un fracaso.

Cuando me presenté en casa con toda aquella parafernalia mi mujer dijo que si lo que organizábamos era un encuentro para la realeza británica. “¿Todo dorado? ¿Desde cuándo  los niños prefieren una decoración ‘armónica’?” Yo le dije que la de la mercería me había liado, pero era mentira, claro.

Traté de arreglar el desaguisado y opté esta vez por una tienda online especializada en fiestas para niños. Al final, decoré la casa con los cordones de oro y con figuritas de papel y globos de colores: una mezcla un poco rara… que parece que gustó bastante.

Cuando la fiesta terminó y descansamos, mi mujer y yo nos sentamos en el sillón, nos miramos y dijimos a la vez: “el próximo año en el Burguer King”.

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El esplendor del packaging

Vivimos un momento de fascinación por el continente, por la decoración, lo visual, el envase… Lo vemos en cualquier restaurante o bar que abre en la ciudad. La decoración y el detalle se cuidan al máximo para dar una impresión de modernidad, de estar adaptados a nuestro tiempo. Cuando pasas al lado de un nuevo bar y echas un vistazo desde fuera piensas: “qué original, vamos a entrar”.

Lo mismo sucede con los productos. El envase forma parte clave del mismo, de su estrategia de marketing. Aunque suene exagerado, en ocasiones el envase es casi más importante que el contenido, sobre todo en determinado tipo de productos. ¿Qué decir, por ejemplo, de los perfumes? Los creativos se exprimen la cabeza para buscar diseños rompedores que encajen con el estilo del perfume pero también que llamen la atención.

Esta fascinación por el envase se aprecia también en productos más sencillos, en las propias cajas de cartón de toda la vida. Un producto ya no puede ir envuelto en una caja de cartón cualquiera y presentarse así ante el comprador. No tiene por qué  ser un diseño muy complejo, sino sobre todo detallista y único. Una cajita de cartón con un buen diseño con una cinta elástica de colores para guardar el regalo de una boda, un buen logo en blanco y negro impreso en una caja de zapatos…

Actualmente existen agencias especializadas en packaging, que se dedican exclusivamente a diseñar las cajas y los envases de los productos. A menudo, la diferencia entre un producto y otro de similares características lo marca el envase. Por ejemplo, el de una pastelería.

Para diferenciarse de la competencia y de tanto diseño estilo ‘bakery’ americana, una pastelería decidió apostar por lo tradicional en sus productos, dándole un toque de sofisticación para adaptarse también a las nuevas generaciones. Pero para rematar su apuesta, contrataron una agencia de packaging para que les diseñara tanto las cajas como las bolsas. El beige fue el color corporativo, se diseñó un logo muy especial y unas cajas con cinta elástica a juego. Un lujo que fascinó a los clientes.