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4 razones por las que velar a tu difunto en un tanatorio

  1. Marcas los horarios. Cuando tienes gente en tu casa velando a un difunto es complicado pedirles que se vayan. Sin embargo, en un Tanatorio Zamora ciudad tú vas a marcar el horario en el que estará abierto el salón. Los visitantes estarán previamente advertidos del horario y se les avisará antes del cierre para que vayan abandonando las instalaciones. La familia no se tiene que ocupar de nada de esto, por lo que no les resulta violento y pueden irse cuando es la hora de cierre sin tener que dar más explicaciones, pudiendo descansar en sus hogares.
  2. Evitas tener que ocuparte de la gente. Lógicamente sí tendrás que saludar, recibir el pésame y hablar con quienes acuden a mostrar sus respetos al difunto. Pero podrás salir a comer o a descansar un rato delegando en otro familiar. Esto es algo complicado en una casa, ya que tendrás a la gente entrando y saliendo y es muy difícil poder disponer de un rato de intimidad y de descanso, a veces tan necesario para poder desahogarse o, simplemente, recuperar fuerzas.
  3. Mejor conservación del cuerpo. En el hogar, el velatorio mostrando al difunto es algo más complicado, sobre todo cuando por circunstancias horarias se hace obligado velar durante dos noches. El proceso natural de descomposición comienza rápido y en el tanatorio todo es más sencillo ya que los espacios en los que están los ataúdes están refrigerados, retrasando todo esto y haciendo que el aspecto de la persona difunta sea lo más aproximado al que tenía cuando estaba vivo. Esto es especialmente así cuando el trabajo de los expertos funerarios es bueno y logran una apariencia muy natural. No se trata de una frivolidad, sino de tratar de que el último recuerdo de la persona que se ha ido sea el mejor posible para todos.
  4. Detalles bajo control. En el tanatorio todos los detalles están bajo control. Por ejemplo, si un difunto decide no tener flores, se encargarán de que no lleguen ramos, algo difícil en casa. También se encargarán de los libros de firmas y de otros detalles como tener agua, cafés o refrescos a mano para quienes acuden a velar, siempre que esto esté incluído en el servicio contratado. Incluso pueden encargarse de organizar algún tipo de acto religioso o de rezo con un párroco.