Un sueño hecho realidad: Mi viaje a las Islas Cíes
Las Islas Cíes siempre habían estado en mi lista de destinos pendientes. Esas imágenes de playas paradisíacas y aguas cristalinas me atraían como un imán. Y por fin, este verano, decidí que era el momento de hacer realidad ese sueño. Al estar alojado en Sanxenxo, me pareció la opción más lógica para iniciar mi aventura hacia este paraíso gallego.
Lo primero que hice fue informarme sobre las navieras que operan desde Sanxenxo. A diferencia de Vigo, donde hay múltiples opciones, para visitar islas cíes desde Sanxenxo las salidas son más limitadas, así que la planificación es clave. Reservé mi billete online con antelación, ya que las plazas son limitadas y en temporada alta vuelan.
El día de la excursión, me dirigí temprano al puerto deportivo Juan Carlos I de Sanxenxo. La mañana prometía un día espléndido, ideal para disfrutar de la navegación y de las islas. La emoción era palpable en el ambiente, con otros viajeros ansiosos por descubrir este tesoro natural.
El trayecto en barco fue corto y agradable. Las vistas de la costa de las Rías Baixas desde el mar son impresionantes. Aproveché para hacer fotos y grabar vídeos del paisaje. Al acercarnos a las Cíes, la belleza del archipiélago se hizo evidente. Las islas emergen del mar como un conjunto de rocas cubiertas de vegetación, con playas de arena blanca que invitan al baño.
Al desembarcar, me sentí como si hubiera llegado a otro mundo. La tranquilidad, la pureza del aire y la belleza del entorno eran abrumadoras. Decidí empezar mi exploración por la famosa playa de Rodas, considerada una de las mejores del mundo. La arena fina y blanca, el agua turquesa y la vegetación exuberante creaban un paisaje de postal.
Caminé por los senderos señalizados, disfrutando de las vistas panorámicas desde los miradores. La isla ofrece varias rutas de senderismo, cada una con su propio encanto. Me encontré con playas escondidas, dunas de arena y acantilados imponentes.
También visité el faro de Cíes, desde donde se puede contemplar una vista espectacular del archipiélago y de la costa gallega. La sensación de inmensidad y de conexión con la naturaleza era indescriptible.
Para comer, hay un restaurante y un bar en la isla, donde se pueden degustar platos típicos gallegos. También se puede llevar comida y bebida de casa y disfrutar de un picnic en la playa o en el bosque.
La visita a las Islas Cíes desde Sanxenxo fue una experiencia inolvidable. La belleza natural del archipiélago, la tranquilidad del entorno y la sensación de desconexión del mundo exterior hacen de este lugar un destino único. Si tienes la oportunidad, no dudes en visitar las Islas Cíes. Te aseguro que no te arrepentirás.