Conservas gourmet
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UNA EMPRESA DE COMIDA

Una vez cuando estaba trabajando en una empresa, a la jefa le gustaba probar nuevas recetas para vender nuevos productos y nos utilizaba a los trabajadores como conejillos de indias en sus experimentos. Un día nos dió a probar huevas de merluza cocidas con algo más que no recuerdo lo que era y he de decir que aunque no soy demasiado amigo del pescado, estas huevas estaban bastante buenas pero por lo que vi en los meses siguientes no las pusieron a la venta. Pero eso pasaba con un montón de cosas que hacían pruebas y después no llegaban a ponerse a la venta. En esa empresa hacían cosas que estaban muy buenas y otras cosas que ya ni se me pasaban por la cabeza probar. Lo mejor que he probado en esa empresa ha sido el pulpo precocinado. Este pulpo primero lo cortaban en trozos de unos 150 gramos y los embolsaban antes de meterlos en una máquina industrial en la que se cocinaban y tú solamente tenías que calentarlo en el microondas y echarle la sal, el pimentón y el aceite y ya estaba listo para comer. Aunque también hacían pulpos enteros, que eran esos precisamente los que traía para las cenas de navidad o cuando iba a comer con los amigos. Otras de las cosas que más me gustaban de las que cocinaban en esta empresa eran las castañas dulces, que consistían en castañas ya peladas las metían en bolsas a las que añadían un poco de agua y azúcar, y después de sellarlas las metían en la misma máquina en la que también hacían el pulpo. Estas castañas nunca las había probado antes de trabajar en este sitio, pero he de decir que estaban realmente buenas y cuando podíamos nos abríamos un paquete para los que estábamos en ese turno de trabajo, total por una bolsa los jefes no se iban a arruinar.

Creo que pocas cosas más había en esa empresa que me gustasen, el resto de productos que vendíamos ya eran cosas demasiado finas para mi gusto y no les hice demasiado caso, me dedicaba a hacer los pedidos y no preguntaba sobre los productos.

Navieras
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La reunión 

Los viejos amigos de la universidad teníamos por costumbre quedar una vez cada año para hacer una cena o una comida. Fue algo que se nos ocurrió después de que la mayoría termináramos la carrera, una forma de no perder el contacto. Y durante los primeros años casi no fallaba nadie, pero, poco a poco, las ‘quedadas’ empezaron a tener menos integrantes. Y llegó la pandemia y se cancelaron. 

Pero este próximo año hemos decidido hacer algo diferente para recuperar el tiempo perdido. Como ya llevamos dos años sin vernos, pensamos en hacer algo diferente a la cena habitual. ¿Por qué no un viaje? Claro que ahora todos tenemos muchos compromisos, algunos somos padres, otros tienen trabajos que les absorben la mayor parte del tiempo, etc. Pero hemos tratado de buscar una fecha con mucho tiempo de antelación para que todo el mundo se pudiera comprometer.

Y el destino serán las islas Cíes. Nos pareció algo original, teniendo en cuenta además que la mayoría ya no estamos para fiestas. Por eso buscamos un lugar tranquilo para pasar un par de días recordando viejas historias. Aunque todavía queda tiempo para el viaje, ya nos hemos puesto manos a la obra organizándolo todo: desde el barco cies mar de ons hasta la autorización para viajar.

Lo de ir a las Cíes se nos ocurrió por la afición que muchos del grupo tenemos a la naturaleza y el senderismo. De hecho, en nuestros años de universidad hicimos bastantes rutas en grupo y era uno de nuestros pasatiempos preferidos. Pero como otra facción del grupo indicó que preferían playa a senderos, buscamos un lugar que tuviera de las dos cosas y que, además, no estuviera masificado por el turismo ni que fuera el típico sitio para salir de fiesta. Y entonces a alguien se le ocurrió la idea: ¿por qué no las Cíes?

Así que ya vamos preparándolo todo, incluyendo el barco cíes mar de ons. Porque en este lugar todos vamos a poder disfrutar, desde las rutas hasta la playa, y en un entorno tranquilo también apto para descansar.