La liposucción es un tratamiento cada vez más frecuente mediante el cual se eliminan los acúmulos de grasa localizados en zonas problemáticas. No es, como piensan algunos, una forma rápida de adelgazar, sino una ayuda cuando, tras haber alcanzado el peso que se busca o estar muy cerca, se quiere pulir más un área del cuerpo que se resiste a ceder su grasa. Mediante la introducción de cánulas en la zona que aspiran el tejido graso, esta técnica elimina esa grasa rebelde y ayuda a alcanzar los objetivos fijados por cada persona.

La liposucción se puede llevar a cabo prácticamente en cualquier zona del cuerpo. Es frecuente en el abdomen, las caderas o las pistoleras porque son áreas que nos preocupan especialmente, pero también se realiza en la papada, en brazos y en piernas. Por ejemplo, en la grasa que muchas mujeres acumulan en las rodillas y que hacen que no les guste llevar faldas o la que se forma en la parte superior de los brazos.

Como cada vez son más quienes se apuntan a esta técnica, es fácil encontrar liposucción de bajo precio con una gran calidad. Atrás quedaron las intervenciones ilegales en centros de estética no autorizados porque el precio en una buena clínica solo estaba al alcance de unos pocos. Hoy, la liposucción puede ser asumida por la mayoría de bolsillos, sobre todo porque hay muchas facilidades de pago para abonar las facturas prácticamente sin enterarse.

El cambio para la persona es muy importante, no tanto por la grasa que se pierde, que en muchos casos no es excesiva, sino por lo que supone para la propia imagen. Cuando alguien no se ve bien, da lo mismo lo guapo o guapa que le digan los demás que está. Necesitan que la imagen que les devuelve el espejo sea la que quieren y no será así cuando ven michelines que se niegan a desaparecer y que hacen que la ropa no siente bien o que no les guste ir sin camiseta en la playa.

La intervención se lleva a cabo en muchos casos con una anestesia local, por lo que el paciente puede irse a casa el mismo día y, tras unos cuidados y alguna visita de control, estará a punto para lucir su nuevo cuerpo y presumir de un abdomen liso, de unas caderas con una forma bonita o piernas sin pistoleras o grasa extra.

Las mascarillas han hecho que muchas personas sientan como si tuvieran una pequeña tregua a la hora de mostrar la boca y, por tanto, lo que les acompleja de ella. Pero hay que verlas como una excelente oportunidad para acudir precisamente ahora a un odontologo en vigo y arreglar todos los problemas que puedan tenerse para que, una vez libres de ellas, sea posible sonreír sin complejos.

El primer paso es hacerse una limpieza de boca y una revisión para saber exactamente cuáles son los problemas que existen y estudiar las posibles soluciones. Tras la limpieza y reparar las piezas que puedan tener alguna caries, llega el momento de estudiar las posibilidades. En algunos casos, puede ser necesario renovar una funda o colocar una funda a un diente demasiado dañado. En otros, la pieza ya estará perdida y se puede valorar la colocación de un implante permanente.

Los correctores dentales no son solo para niños, cualquier persona adulta puede recurrir a los brackets para tener una sonrisa mucho más alineada y bonita. Esto, además, hace que se gane en salud ya que la mordida será más adecuada y se evitarán problemas en la articulación de la mandíbula.

Actualmente, existen muchos tipos de correctores que permiten una gran discreción, como por ejemplo los invisibles. No obstante, no todos los tipos de aparatos dentales son válidos para todos los casos, por lo que será el especialista el que valore qué tipo de brackets son los mejores para cada caso en concreto.

Si el problema es el color de los dientes, esto también puede corregirse en la gran mayoría de los casos. Si los dientes están manchados por el tabaco o por el café, es muy sencillo conseguir una sonrisa más blanca con un tratamiento blanqueador convencional. El cambio es significativo y la persona se verá mucho mejor.

Si se trata de manchas en el esmalte causadas por un medicamento y que están ahí desde el nacimiento del diente, seguramente la solución sea colocar unas fundas ya que difícilmente podrán corregirse de otro modo. El especialista y el cliente valorarán si merece la pena hacer esto en función del estado de los dientes y de lo antiestéticos que puedan resultar.

Pronto volveremos a sonreír y hacerlo con la mejor de nuestras sonrisas es algo posible. Es el momento de actuar para que tu boca no tenga que ocultarse más tiempo del necesario.