Reformas
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¿Terraza cubierta o terraza descubierta?

Una de las ventajas de los áticos son las terrazas de gran tamaño que suelen tener y que en algunos casos, casi superan los metros cubiertos. Pero esto puede ser un problema si al final, el tiempo no permite disfrutar de la misma más que en ciertas ocasiones. ¿No sería perfecto poder tener una terraza que se pudiera utilizar durante todo el año? Por eso, cuando las normas del edificio lo consienten, muchos optan por cerrar la terraza y aprovecharla así al máximo.

Pero entonces surge otro problema, esa terraza soleada que tanto nos gustaba acaba siendo un espacio cerrado más, como de interior y pierde así gran parte de su encanto. ¿Y si hubiera un término medio que permitiera disfrutar de lo mejor de cada una de las opciones? La hay y se llama techo retractil.

Si se utiliza un techo de cristal se cuenta con la ventaja de que que siempre se tendrá la sensación de estar en un espacio abierto, especialmente si las paredes también son de aluminio y cristal. También está la ventaja de que este tipo de cierre no suele rechazarse en las comunidades porque no tiene el mismo coste estético para el edificio que un cierre de pared, además de poder retirarse cuando sea necesario.

Pero si además el techo del cierre es retractil y sus paredes pueden abrirse, la terraza queda prácticamente como un espacio abierto cuando hace buen tiempo mientras que si hace frío o llueve se cierra quedando perfectamente recogida. Incluso permite disfrutar de una climatización adecuada porque se puede instarla un climatizador para cuando es necesario.

¿Quieres tomar el sol y disfrutar del aire fresco? Abres el cierre y tendrás tu terraza al aire libre. ¿Quieres un espacio recogido y un poco más íntimo? Cierras la terraza y colocas unos estores para poder estar a salvo de cualquier mirada.

Se puede tener todo, solo es cuestión de proponérselo y de buscar la solución adecuada para cada caso. Tu ático ganará en valor y se podrá disfrutar mucho más de esa terraza que te enamoró en el momento de la compra pero a la que no estás extrayendo todo el jugo debido a la meteorología.

Con una terraza cerrada podrás poner mobiliario permanente, algo que también se agradece, sin tener que guardar las cosas cada vez que llueve o limitándote a muebles de exterior para poder decorar.

Cordones
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Organizar el cumpleaños de tu hijo… y no morir en el intento

Hace unos años escuché a mi hermano decir “no me gustan los niños… solo el mío” y rápidamente comprendí a lo que se refería. No me hacía falta tener un hijo para entender lo que puede sentir alguien que no es muy ‘niñero’ cuando le llega la paternidad. Conozco bastantes hombres, entre amigos y familiares, que no tienen muy claro eso de tener hijos, por la responsabilidad y exigencias que conlleva.

De repente, un buen día te encuentras con que tienes que organizar el cumpleaños de tu hijo y no sabes qué (narices) tienes qué hacer. Cuando yo era niño, al menos en mi entorno, lo de los cumpleaños era un asunto sin tanta importancia. Se solía celebrar en familia y poco más. Pero ahora es casi obligatorio hacer una mega ceremonia con todo lujo de actividades y cuántos más invitados, mejor.

Mi mujer y yo hicimos un sorteo para repartirnos el programa del cumpleaños. A mí me tocó, entre otras cosas, la decoración de la casa. Y así que me fui a una mercería para comprar todo lo necesario. Consulté con la chica de la tienda y me dio algunos consejos, pero no le hice mucho caso. Pensé que lo mejor era un tono armónico para la decoración y me gustó el dorado: compré cordones de oro, cintas doradas… hasta globos dorados. Fue un fracaso.

Cuando me presenté en casa con toda aquella parafernalia mi mujer dijo que si lo que organizábamos era un encuentro para la realeza británica. “¿Todo dorado? ¿Desde cuándo  los niños prefieren una decoración ‘armónica’?” Yo le dije que la de la mercería me había liado, pero era mentira, claro.

Traté de arreglar el desaguisado y opté esta vez por una tienda online especializada en fiestas para niños. Al final, decoré la casa con los cordones de oro y con figuritas de papel y globos de colores: una mezcla un poco rara… que parece que gustó bastante.

Cuando la fiesta terminó y descansamos, mi mujer y yo nos sentamos en el sillón, nos miramos y dijimos a la vez: “el próximo año en el Burguer King”.